En la secuela de Shimizu de su obra maestra de 1948, un periodista llega a las solitarias estribaciones de Izu para encontrar una comuna oculta y preguntar: "¿Qué ha sido de los niños de la Colmena?". Han pasado tres años y su pregunta se sitúa no sólo en el ámbito del oficio de Shimizu, sino en el de la realidad: ¿Qué fue de los huérfanos de guerra que Shimizu crió?